jueves, 1 de noviembre de 2007

Historia de Guadalajara III.

La Guerra de Independencia [editar]

Linea de Acontecimeintos en Guadalajara durante la guerra de Independencia

Para la guerra de Independencia, Guadalajara desempeñó un papel importante, ya que fue en esta ciudad donde el cura Miguel Hidalgo y Costilla, declaró la abolición de la esclavitud. Fue también aquí donde publicó el famoso periódico El despertador americano donde publicaba sus ideas. En las cercanías del lugar, en el puente de Calderón, tuvo lugar la batalla donde fueron vencidos los insurgentes. Guadalajara también fue testigo de la muerte de un insurgente, de José Antonio El Amo Torres, quien ayudó a Hidalgo a tomar la ciudad. Su muerte fue cruel, pero su importante legado aún perdura. Al terminar la guerra de independencia, y con la proclamación de estado libre y soberano de Jalisco, Guadalajara se convirtió en la capital del estado.

Desde la independencia a la revolución [editar]

Ya siendo capital del estado de Jalisco, Guadalajara siguió con su estatus de Ciudad, y al igual que años anteriores fue aumentando su importancia dentro de la región occidental, también como otras ciudades, sufrió con las guerras que siguieron en el México independiente, la Guerra de Reforma y la intervención francesa. En ambas, Guadalajara tuvo un papel importante, en la Guerra de Reforma, Benito Juárez trasladó el gobierno federal a Guadalajara. Es en esta ciudad, específicamente en el Palacio de Gobierno actual, en que se lleva a cabo el momento histórico que tal vez hubiera cambiado la historia, en la cual Guillermo Prieto defiende a Juárez de un grupo de soldados conservadores dispuestos a matarlo, con la frase: «Levanten las armas, los valientes no asesinan, los valientes no matan a mansalva». Prieto evita la muerte de Juárez y con ella el fin de los liberales. En la intervención francesa, Guadalajara encabezó un rechazo a esta invasión. Pedro Ogazón, gobernador de Jalisco, encabeza desde Guadalajara una idea rebelde ante este suceso hasta su final.

A estos tiempos le siguió el porfiriato, el cual fue en parte benéfico para la ciudad, ya que con el gobierno de Porfirio Díaz, la ciudad pudo contar con líneas de ferrocarril que le comunicaban con Nogales, Manzanillo y la capital, México, además de que el famoso kiosco que la ciudad posee, fue un regalo polémico de Díaz a la ciudad. Después del régimen, la revolución estalló, la aparente calma reinó en la ciudad, ya que todo el conflicto se dirigió hacia la capital.

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